28 de octubre de 2019 | Sostenibilidad y medio ambiente
La promoción de la eficiencia energética ha propiciado un debate muy álgido en la sociedad durante los últimos años. En especial porque el consumo excesivo de energía genera un impacto muy negativo a nivel económico y medioambiental.
En consecuencia, esta situación ha encendido las alarmas. Ha incentivado el uso racional de la energía en el hogar, en las oficinas, y en definitiva, en cualquier espacio habitado por el hombre.
Sin duda alguna, es necesario comprender la importancia de ahorrar energía para evitar el derroche de los recursos naturales al desarrollar proyectos habitacionales. Lo cual repercute dramáticamente en el medio ambiente.
Además, si no fomentas el consumo energético en el hogar estarías perjudicando tus finanzas. Además comprometiendo profundamente la calidad de vida de las nuevas generaciones.
El objetivo de la eficiencia energética no es más que reducir la cantidad de energía requerida para proporcionar productos o servicios de manera práctica.
Actualmente se han diseñado métodos, sistemas y tecnologías que incentiven el uso racional de la energía en las viviendas. Y esto ha marcado un hito importante en el diseño de casas más amigables con el entorno natural.
La arquitectura sostenible juega un rol vital en el buen manejo de la energía. Esto se debe a que sus principios más destacables es que promueve activamente el uso de fuentes de energía renovables. Así se cubren los requerimientos básicos del hogar, como los de iluminación, calefacción o refrigeración.
En definitiva, la reducción del consumo energético disminuye los costos en gran medida. Aunque quizás su mayor relevancia es que promueve la sostenibilidad política, económica y ambiental significativamente.
Existen diversas formas de mejorar la eficiencia energética de una vivienda. A continuación te compartiremos las más importantes:
Lo ideal sería añadirle un aislamiento térmico, o un relleno de cámara de aire a la fachada de la vivienda. También es conveniente a sus particiones interiores, para optimizar la conservación de la climatización.
También sería bueno que el suelo, la cubierta, o los puentes térmicos cuenten con este tipo de aislamiento. De esa forma se podría reducir aún más el consumo energético vinculado al uso de la calefacción.
Podría decirse que el aislamiento térmico sienta las bases de la eficiencia energética. Lo cual resume muy bien su relevancia y trascendencia.
Hacer un uso racional de la calefacción es fundamental para mejorar la eficiencia energética en el hogar.
Se estima que el consumo total de una vivienda es del 60% -incluyendo el uso de agua caliente-. Por lo tanto, debes escoger una caldera de biomasa o alimentada por energía renovable (por ejemplo paneles solares).
Otra opción sería contar con un sistema que trabaje eficientemente como el suelo radiante. Y asegurarte de que las habitaciones de la casa tengan un correcto aislamiento térmico.
También puedes tomar otras medidas como el uso de sábanas, edredones, o mantas que aíslen el frío. De esta manera no tendrás que recurrir al calefactor todo el tiempo.
De igual forma, debes cerciorarte de que no existan fugas de calor en la vivienda. Ni mucho menos entradas de aire frío a través de puertas o ventanas que permanezcan abiertas.
Otro punto importante consiste en no obstruir los radiadores con mesas o muebles. De lo contrario la emisión de calor se verá entorpecida, y esto afectará tu objetivo de promover la eficiencia energética.
Aunque no lo creas, el uso del agua caliente supone un gran consumo de energía a nivel doméstico. Por ello, deberías aprovecharla en casos muy puntuales: al ducharte o al lavar los platos durante el invierno.
En este caso es aconsejable que apuestes por sistemas de almacenamiento de energía capaces de retener el calor. Así se mantendrá el agua caliente la mayor parte del tiempo.
Adicionalmente, quienes promueven el ahorro energético recomiendan que los grifos posean perlizadores. Y que las duchas cuenten con reductores volumétricos de caudal para disminuir la cantidad de energía que se requiere durante el calentamiento.
Si decides implementar estas medidas en tu vivienda podrías reducir el uso energético en más del 40%. Sobretodo al momento de calentar el agua que usarás para darte un baño, o limpiar tu vajilla.
Los electrodomésticos modernos como los congeladores, lavadoras o secadoras de ropa, son más amigables con el medio ambiente porque consumen menos energía durante su funcionamiento.
Efectivamente, de acuerdo a un estudio realizado por la consultora Mckinsey & Company en el 2009, el reemplazo de los aparatos más antiguos por unos más modernos es una excelente manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este informe también describe que los electrodomésticos de eficiencia energética consume un 40% menos de electricidad que sus modelos anteriores.
Por lo tanto, se estima que si todos los hogares europeos reemplazan sus aparatos viejos por unos más nuevos, podrían ahorrarse unos 20 mil millones de kWh de electricidad al año. Como resultado, las emisiones de CO2 se reducirían en unos 18 mil millones de kilogramos.
El ahorro energético es imprescindible para reducir los costos de electricidad. Aunque su mayor utilidad es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan estragos en el planeta.
De acuerdo a estadísticas de la Agencia Internacional de Energía, al mejorar la eficiencia energética en las casas, edificios, procesos industriales y en el transporte, se reducirían las necesidades de energía en un tercio para el año 2050. Por lo tanto, las emisiones globales de estos gases que emiten radiación se controlarían significativamente.
Y si a esto se le suma la generación de fuentes de energía renovables, las viviendas del futuro serán cada vez más amigables con el medio ambiente.
Las mejoras en la eficiencia energética arrojan múltiples beneficios tanto a nivel doméstico, como comercial o medioambiental. En las próximas líneas te compartiremos los más importantes:
Actualmente España cuenta con normativas específicas para la promoción de la eficiencia energética. Por ejemplo, las contenidas en el Plan Integral de Vivienda y Suelo.
Hay que resaltar que desde el 01 de junio del 2013, todos los inmuebles que se vendan o alquilen durante un lapso superior a los cuatro meses deben contar con una etiqueta energética. Esta puede obtenerse mediante un estudio técnico o una certificación energética.
Dicha etiqueta poseerá una calificación. La valoración dependerá del CO2 emitido por el consumo de energía de los sistemas de refrigeración, del agua caliente sanitaria, la calefacción o la iluminación.
En el informe de los “Indicadores Regulatorios para la Energía Sostenible” que elaboró el Banco Mundial en el 2018, se indica que España importa el 77,4% de la energía que consume. El resto de los países que integran la Unión Europea consume un poco más del 50%. Por lo tanto, aun estamos lejos de nuestros países vecinos.
Indudablemente, aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar el máximo ahorro energético en este país. Y esto implica que las personas sean cada vez más responsables con la cantidad de energía que utilizan a nivel doméstico.
Sensibilizarte con el cuidado y la preservación del medio ambiente te convertirá en un increíble agente de cambio. Al final, estarás contribuyendo con la reducción de los gases de efecto invernadero que tanto daño le causan a nuestro planeta.
En tal sentido, te invitamos a que apuestes por la eficiencia energética en tu hogar. O en cualquier otro espacio que te permita mermar la huella que dejas en el medio ambiente al usar electrodomésticos antiguos, al lavar tu ropa con agua caliente, o al usar bombillas incandescentes.
Y si en este punto estás interesado en reformar tu hogar para reducir el consumo de energía, pues te invitamos a contactarnos para que sepas cómo alcanzar este objetivo con éxito.
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