1 de junio de 2019 | Diseño de casas
Se podría decir que el estilo mediterráneo viene determinado por el conjunto de arquitecturas que se han desarrollado en torno al mar mediterráneo. En este espacio común, las relaciones interculturales, el clima , el uso de los materiales y técnicas constructivas convergen en una manera de diseñar y construir los espacios que hacen de la arquitectura el nexo de unión entre las culturas que habitan las orillas del Mediterráneo. Aquí te vamos a hablar sobre las casas mediterráneas tradicionales.
Se pueden identificar fácilmente por:
Una característica reseñable de la multifuncionalidad de las casas mediterráneas rústicas es que se componen de diferentes extensiones modulares, como las casas prefabricadas de madera, que se van añadiendo al núcleo central en función de las necesidades de sus propietarios. Esto hace que cada finca o construcción sean completamente únicas y diferentes de las demás. Aunque en todo caso poseen una serie de características comunes:
Para la construcción se eligen y utilizan los materiales locales que están a disposición: piedra, madera, arcilla y adobe.
Estructuras cúbicas y orientadas hacia el sur para recibir la máxima cantidad de luz solar.
Los tejados de las azoteas suelen ser planos para recoger el agua de lluvia y almacenarla en cisternas.
La falta de vidrio, la protección ante el sol y la seguridad ante invasores influenciaron el tamaño de los huecos y aperturas de las casas.
El uso de la cal blanca en las paredes para reflejar al máximo la luz solar y unos muros de importante grosor que proporcionan frescor en verano y calidez en invierno.
El blanco es el protagonista fundamental con una aportación de azul perteneciente al mar y el cielo y el verde del agua, colores tierra para los interiores.
El concepto y diseño de la vivienda mediterránea está marcada, además de por el clima y las condiciones limitantes del terreno, por los materiales que se emplean en su construcción.
Estos materiales son seleccionados, no sólo por su funcionalidad, sino también por la cercanía y disponibilidad de las fuentes de materia prima. De manera general, se distinguen tres grandes tipos: los materiales pétreos, los compuestos de arcilla y los morteros de cal o argamasa para la construcción y revestimiento de paredes y muros.
Los materiales arcillosos se usan en diferentes variantes que pueden ser clasificadas genéricamente en tapial, adobe y ladrillo.
El tapial es quizás la forma constructiva más ancestral, donde la mezcla de arcillas, áridos (piedras) y cal suponen una solución constructiva rápida y eficaz. A ello se suman sus características aislantes, de resistencia a movimientos sísmicos y relativa durabilidad en la intemperie ante la actuación de los agentes atmosféricos.
El adobe, material arcilloso secado al sol, tan sólo con carga de árido, pajas, etc., ha supuesto en el entorno del Mediterráneo una solución constructiva preponderante, permitiendo formas más complejas que las ejecutadas con el tapial.
El ladrillo, como material arcilloso cocido, es decir, cerámico, incrementa sustancialmente la resistencia en las construcciones y es aún hoy día el material constructivo por excelencia.
La cal o argamasa se ha usado tanto como consolidante, como en los revestimientos de las fachadas y tapias. Es el aglutinante habitual en los morteros de unión y en los recubrimientos.
La piedra ha sido usada en la construcción desde los albores de la humanidad, por su evidente consistencia y durabilidad.
Su uso se amplía a múltiples formas, bien sea como mampostería con mortero o piedra careada (sobre todo en las jambas de las puertas, ventanas o en edificios de especial relevancia).
Estos muros construidos sustentan habitualmente vigas de madera, ya sea labrada o sin labrar (rollizos). Estas conforman tanto las techumbres como el suelo de las posibles plantas superiores. Sobre estas vigas se ha colocado tradicionalmente cañizo que sirve de elemento sustentante tanto para tejados como para solería de las plantas superiores.
Formalmente, la casa tradicional mediterránea responde a estructuras cúbicas, por lo general, presentando casi siempre una única cara o fachada. Esta fachada se caracteriza por ser uniforme, sin apenas salientes. La distribución en plantas vista en la fachada corresponde a una o dos plantas , con una singular distribución de vanos en la parte inferior.
En las casas de una sola planta, se accede directamente a un único espacio habilitado como cocina y zona de estar. Aquí se suele situar también la chimenea. En ocasiones, desde esta sala se accede a pequeños habitáculos que actúan como dormitorios. En otra, no existen estos dormitorios, transformándose la sala principal en dormitorio durante la noche.
A excepción de la puerta sólo se abren pequeñas ventanas que presentan al mismo tiempo intimidad y seguridad. En la planta superior, los vanos son más grandes, aportando a la casa mayor luminosidad.
El máximo aprovechamiento del espacio y el miedo a las inundaciones de las lluvias torrenciales, fomentan la aparición de escalinatas incluso en los terrenos llanos. A veces incluso “robando” espacio de las vías públicas. En poblaciones de carácter más urbano, la existencia de varias plantas facilita la conversión de las ventanas en puertas. En ocasiones suelen aparecer de balcones con forjas. Estas casas señoriales que no perdieron su carácter defensivo, los balcones pudieron tener el carácter de mirador o terraza.
La escasez de lluvias del Mediterráneo ha tenido como consecuencia el desarrollo de tres tipos fundamentales de tejados:
Mientras el azul es el más utilizado en los cerramientos (puertas y ventanas) para combinar con el blanco de la cal, colores como el verde, el marrón o el ocre están también presentes. El ventanuco en la propia puerta o a su lado sirve para permitir la entrada de luz y también para observar al exterior sin exponerse.
En Andalucía, la práctica de la forja introdujo la sustitución de la madera por el hierro para permitir la visión en el interior del patio. Al norte de África la decoración de la puerta exterior se basa en formas tradicionales de arquitectura (arcos, etc.). Otros países (Grecia, Chipre, Italia) utilizan el mármol como marco y elemento de decoración con formas adecuadas al espíritu local.
Los muebles idóneos a utilizar son los fabricados en madera, mimbre y rattán. Materiales que se han ido utilizando desde hace centenares de años para fabricar los objetos de uso doméstico y agrícola. Con el paso del tiempo, su uso fue evolucionando hasta la adaptación y fabricación de diferentes productos cada vez más complejos de mimbre.
Si has leido el post y todavia quieres saber mas sobre este tipo de casas te animo a que nos contactes y quedemos para tomar un café y charlar sobre ello.
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